Las casas en astrología: La casa 8 o la casa de las transformaciones

Sebastián Aguirre
15 nov 2017
2 Min. de lectura

Si tiene una gran casa 8, dígame ya donde invierto mi plata, porque con seguridad tiene grandes habilidades para trabajar con bienes y plata de otros y hacerlos crecer.

La casa 8 es la casa de Escorpión y de Plutón y por lo tanto, una casa de ambición y poder. Pero también se le conoce como la casa de la transformación, “de la vida y la muerte”, tal cual como el signo que tiene la capacidad de la máxima transformación espiritual, de conocer el lado oscuro de la vida y luego el cielo.

Se asocia también al dinero de la pareja o de sociedades, al ser la casa opuesta a la 2: la casa del “yo tengo”. Además, en esta casa se ven las posibles herencias tanto materiales como inmateriales, para bien o para mal. Por eso nos habla también de ganancias o pérdidas relacionadas con valores o plata de otros.

Bueno, y como es parte de la vida, también nos habla en ciertos casos de la muerte y la actitud que tenemos frente a ella, así como nuestra inclinación por lo oculto, lo secreto, lo desconocido y lo misterioso.

Además, al ser una de las actividades que más transforman en la vida, nos puede hablar de nuestra sexualidad (por ejemplo, inclinaciones, fetiches y demás) y por qué no, de la posibilidad de embarazos.

Algunas curiosidades de la casa 8:

Una casa 8 bien cargada puede dar gente que trabaje con la banca, como médico cirujano, como terapeutas o gente que realmente tiene poderes extrasensoriales… como los que ven muertos y eso…

Si está la luna o el sol en mal estado, suele indicar que hay ausencia emocional o física de alguno de los padres. Si está bien, se tiene tendencia a recibir ayuda económica y material de los demás o de la pareja.

Con Júpiter, se da una aparente facilidad para ganar plata por medio de otros con sociedades, o para captar las tendencias de los mercados de valores por ejemplo… entonces aproveche.

Con Urano, sexo poco convencional. Y no se diga más. A bueno, también que su muerte puede ser repentina, imprevista.

Pero siempre recuerde: no todo está dicho. Después de todo, la carta astral es como la genética, pero las experiencias, la epigenética que puede cambiar lo que traemos codificado para nuestra existencia.