Los signos del zodiaco en astrología: Géminis
- Sebastián Aguirre
- 19 abr 2017
- 3 Min. de lectura
Conozca sobre los signos del zodiaco, astrología y su carta natal. En esta entrada hablaré sobre el signo Géminis. ¡Bienvenidos!
Después del impulso de vida que representa el signo Aries y, pasando por la materialización y estabilización de dicha energía en Tauro, entra en juego el gran Géminis, la energía que tiene como misión el pensar para entablar la comunicación con los demás. Por eso suelen echar paja sin razón, o hablar de cosas triviales, pues en ellos se manifiesta la necesidad humana de entrar en contacto, muchas veces simplemente por el placer de sentirse parte de otro, sin necesidad de esperar nada más a cambio.
Esto lo explica a cabalidad la mitología detrás de su símbolo, siendo este el primer signo del zodiaco compuesto por dos figuras que se complementan. Y explico: así como hizo Zeus, que para seducir a la bella y mortal Europa se convirtió en toro (constelación de Tauro), en esta nueva conquista, el dios de dioses, optó por convertirse ahora en cisne para pegarse una “escapadita” de tintes zoofílicos con la reina Leda. Con lo que no contaba Zeus en esta ocasión es que esa misma noche, Leda, al no quedar satisfecha con su desempeño (sí, hasta a los inmortales les pasaba…), decidió acostarse también con su esposo, el rey Tyndareus. De tremenda maratón y un par de meses celestiales después, nacieron los gemelos, pero bien dispares, Castor y Pollux, uno mortal, el otro inmortal. Es por esto que este signo de aire se considera “dual”, pues se mueve entre lo divino y lo humano… y seguramente también entre la mente y cuerpo, mente y emoción, razón y espiritualidad… y siga sin parar… un juego de “dobles” que tratan de conciliarse, pero que son más las veces que genera inquietud, tanto física, como mental, pues lo que manda en ellos es la mente (de sentimientos más bien poco). Y la mente, como el aire, va volando de allá para acá y sin planes de aterrizar.
Como se mueven entre el ser y no ser, entre una cosa y la otra, entre identificarse “conmigo” o con mi otro yo (los gemelos), adquieren la habilidad de la adaptabilidad, de la versatilidad y del ingenio (o el engaño), para hacerse entender, para ser sociables, expresivos, pero siempre bajo el inconfundible matiz de su aguda inteligencia que desemboca por consecuencia en su alta capacidad de comunicación…
Tanto así que es fácil reconocerlos pues gesticulan incluso hasta con sus manos sin estar hablando. Y así como pueden padecer de una verborrea difícil de soportar, se pueden ir al lado contrario… pobres de ellos mismos, pues es cuando seguramente se exacerba su conversación mental, la cual se traduce en razonamientos que van a la velocidad de la luz, con la consecuente desazón de no poder plasmar al menos uno solo en la realidad… y por eso parecen cambiantes, inseguros, descorazonados, nerviosos, mañosos, mentirositos alguna que otra vez, inconstantes…
Pero ahí seguramente es cuando vuelve su hermano gemelo al rescate, el complemento perfecto para la razón: la palabra en cualquiera de sus formas… que cuando se usa para revelar algo puntual de su caos interno, ayuda a canalizar esa fina mentalidad que los lleva a ser tan inmortales como el mensajero de los dioses, Mercurio, pues con esa misma astucia, extrema curiosidad y posibilidad de compartir la riqueza de su “divino” mundo interior, surgen inolvidables actores, músicos y escritores que revelan el lenguaje del alma… que rompen las barreras del tiempo.
Pero además, es gracias a su poderosa influencia y agudeza mental, por la que nacen grandes pensadores científicos y matemáticos sin los cuáles no hubiéramos llegado hasta la cúspide de nuestra civilización.
Eso sí, por el hecho de que en este momento Donald Trump, representante más poderoso de los Géminis en la actualidad, se encuentre al mando del mundo, no hay que culparlos… ¿o de pronto? Bien inteligentes sí son, para que nos decimos mentiras… y si por una extraña lealtad entre ellos, han urdido con la astucia que los caracteriza este plan, me quedo bien tranquilo… después de todo solo a ellos les cala el dicho: sus razones tendrán.
Sebastián Aguirre
Carta Astral
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